El fiscal Álvaro Piérola hizo referencia, en el marco del juicio al cura Justo José Ilarraz por corrupción agravada de menores, a la contundencia en las declaraciones durante las dos primeras jornadas de los denunciantes.
Sumarían a un nuevo testigo, posible víctima, en el proceso que se desarrolla.
En relación a la postura de la defensa con la prescripción y la producción de prueba a través del juicio oral, Piérola explicó que: “la construcción de la memoria es una construcción dinámica”.
Para finalizar, se refirió a la imposibilidad de que sacerdotes citados a declarar invoquen el secreto de confesión.